26 de agosto de 2008

El Saco de Roma


El Saco de Roma se refiere al saqueo, pillaje y destrucción que las tropas de Carlos V cometieron sobre Roma a partir del 6 de mayo de 1527. La palabra Saco es una adaptación del italiano “sacco” que en italiano es “saqueo”.

Carlos V, casi sin comerlo ni beberlo, se había encontrado de sopetón con uno de los imperios más grandes jamás conocidos. La siempre envidiosa Francia maniobró para atraer al Papa a su bando y alejarlo de la influencia que sobre el pontífice tenía Carlos V. Los franceses no se andaban con tonterías y llegaron a pactar con los turcos –que raptaban y violaban mujeres cristianas- con tal de aminorar el poder español. De manera que Carlos V se vio enfrentado a una Liga que componían: Francia, El Papa y varios estados italianos. En Pavía, dos años antes, en 1525, Carlos V había dado un golpe sobre la mesa dejando claro quién era el que mandaba en Europa al capturar y humillar a Francisco I y traerlo a Madrid como un preso cualquiera. Todos tenían motivos para odiar a Carlos V: los franceses para limpiar su honor y el Papa a fin de no depender tanto de la influencia del monarca español. La presión que ejercía Carlos V sobre el Papa era brutal. Se llegó a imprimir un panfleto que decía que Carlos V tenía que corregir el blandito lenguaje que el Papa- Clemente VII- tenía acerca de la herejía de Lutero.

Los dos ejércitos se enfrentarían en Italia. Por un lado estaban las tropas imperiales que se componían de alemanes –llamados lansquenetes- españoles y mercenarios italianos. Por otro lado estaban las tropas francesas e italianas aliadas del Papa, agrupadas en una coalición llamada la Liga de Coñac. Las tropas imperiales se reunieron en el norte de Italia. Los lansquenetes alemanes cruzaron los Alpes y los tercios españoles llegaron tras desembarcar en Génova. Las tropas imperiales tuvieron algunos éxitos iniciales pero se cernía un problema que fue una constante en las terribles guerras que los españoles sostuvieron a lo largo de esa época: el dinero. Las pagas llegaban tarde o nunca y era muy difícil mantener la disciplina entre 30.000 soldados a quienes se adeudaba su estipendio. Las tropas presionaron al Condestable de Borbón –el general francés que mandaba las tropas imperiales- para marchar sobre Roma y cobrarse en especie el dinero que se les debía.



Las murallas de Roma y el trazado de la ciudad no habían cambiado mucho desde que Aureliano en el 270 diseño las defensas de la urbe. Roma tenía sólidas murallas, un ancho río Tíber que hacía de foso y una poderosa artillería situada en el castillo de Sant Angelo. Pero el azar se puso del lado de los imperiales. Una espesa niebla caía sobre Roma el 6 de mayo de 1527 y los cañones de Sant Angelo nada podían hacer. El Condestable de Borbón, que dirigía las tropas imperiales, fue muerto al intentar trepar por una de las murallas. Dice la leyenda que el condestable fue muerto por el artista italiano Benvenuto Cellini.

Las tropas imperiales sortearon los muros y comenzaron a combatir por las calles. Las casas comenzaron a ser saqueadas. La falta de disciplina era total y el único jefe que, a duras penas, los podía mantener unidos yacía muerto. El Papa rezaba tembloroso en el Vaticano. Y, confuso ante tantos consejos dispares que le daban sus cardenales, tomó la decisión de escapar del Vaticano, por un túnel que aún existe y que se llama Pasadizo de Borgo, al Castillo de Sant Angelo.


Y ahí resistió tres semanas hasta que el hambre lo hizo ceder a las condiciones que imponían las tropas imperiales, las cuales se habían convertido en un contingente anárquico de arduo control. Roma era una ciudad sin ley y los nobles se las veían y deseaban para conseguir el dinero que les demandaban las tropas ocupantes. Los cadáveres se pudrían por las calles, por lo que la peste y las enfermedades asolaban la ciudad. Las tropas imperiales abandonaron Roma por la peste, pero volvieron a tomarla y saquearla unos meses después. Hasta su salida definitiva en febrero de 1528, las tropas imperiales hicieron de Roma su burdel y su taberna. El gran número de prostitutas que había en Roma impidió que se ultrajase a más mujeres. Se perdieron las cabezas de los apóstoles San Andrés y San Juan, la lanza Santa con que se remató a Cristo, el sudario de la Verónica, la Cruz donde se supone que Cristo fue crucificado y otras reliquias. Los eclesiásticos fueron sometidos a vilipendiosas pero divertidas gracietas como el cardenal Gaetano, vestido de mozo de cuerda, que fue empujado por la ciudad a patadas y sopapos. Los soldados borrachos jugaron a la pelota con la cabeza de algún santo. Hubo iglesias arrasadas, conventos quemados y monjas violadas en masa por los lansquenetes. Los tercios españoles también participaron en los desmanes pero se vieron algo frenados por su fe y su religión. Hay cierta historia de unos soldados catalanes que defendieron del saqueo la iglesia de San Juan de Letrán y cuyos nombres estuvieron varios siglos en una placa que recordaba la hazaña.

Los lansquenetes fueron quienes ocuparon el Vaticano y tuvo su coña el asunto. Convirtieron en establos varias lujosas estancias. Hacían hogueras dentro de las salas para calentarse. Hicieron pintadas, cual modernos grafiteros raperos, a punta de daga en varias esculturas y pinturas. Como no sabían apreciar lo que tenían entre manos, hacían apuestas y se jugaban a los dados obras de arte que valían mucho más. Vestían con sus uniformes a los santos de los altares para mofarse de ellos. También se engalanaban con las ropas cardenalicias y papales y se paseaban completamente borrachos por la ciudad con los mantos púrpuras sobre sus hombros. Cuando el Papa se rindió y accedió a pagar 70.000 ducados de oro hubo de producirse una situación bastante cómica también, pues irrumpió en el Castillo de Sant Angelo una atípica delegación compuesta de lansquenetes y tercios que irían sucios, malolientes, patilludos, barbudos y con unos pésimos modales. Mientras tanto, el Papa lloraba desconsoladamente vestido con sus finos ropajes y su elegante tiara papal. Dicen que el Papa se asustó mucho al ver a esos rufianescos personajes que venían a darle el sablazo del siglo.


Carlos V siempre se disculpó por las tropelías de sus soldados, aunque lo hizo con la boca pequeña. Le interesaba que el Papa supiera quién mandaba en Europa y le vino muy bien un golpe de semejantes proporciones para frenar la herejía luterana. Desde aquel día y durante muchos años, España fue la potencia más temida. El Saco de Roma fue un cataclismo similar al derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York. Todos los escritores de la época lo compararon al saqueo que Alarico perpetró, asimismo, en Roma en el 410; o a la conquista de Jerusalén en el 70 por parte de Tito. Los intelectuales se dividieron cual modernos tertulianos radiofónicos. A Erasmo de Rotterdam le pareció bien como escarmiento a la corrupción de los Papas, al inglés Tomás Moro le espantó saber lo que ocurría. El Papa se convirtió en un fiel sabueso de Carlos V y cuando Enrique VIII le exigió divorciarse de Catalina de Aragón –tía de Carlos V- le dijo que nones. Y Enrique VIII se inventó su propia iglesia.

Pero quizá el gesto más heroico lo dio la Guardia Suiza del Papa. Estos guardias que hoy parecen ser unos monigotes con quienes los turistas se hacen fotos, se dejaron la piel y la sangre en las escalinatas de la Basílica de San Pedro. Esas escalinatas siempre plagadas de visitantes, de beatas y de vendedores de estampitas fueron testigos de una feroz pelea entre la Guardia Suiza y las tropas imperiales. No me habría gustado estar en el pellejo de esos guardias de hace 500 años y ver venir hacia mí a un puñado de asesinos en serie con ganas de sajar gargantas. La Guardia Suiza no se dejó arredrar y vendió cara su piel. De 189 guardias que había, pudieron contarlo 42. Desde aquel día los Guardias Suizos juran su cargo siempre un 6 de mayo. Acordaos de esta gesta la próxima vez que veáis a estos guardias tan sosainas e insulsos.

33 comentarios:

Tobias dijo...

La que se armó sólo porque el estado no pagaba. Si hoy en día los consumidores se tomasen las cosas tan a pecho, otro gallo cantaría. Por cierto, leyendo el País estos días, parece ser que hoy en día los soldados Españoles serían los últimos en defender las iglesias y a las monjas, jajaja.
Buen rollo el de las cajas negras!
T

Juan Pablo Arenas dijo...

Pobres soldados que hasta cuando los matan las llaman misiones de paz. La prestidigitación de palabras es tan intensa que hay que evitar la palabra guerra a toda costa no sea que el buen rollito se espante y salga corriendo. Aunque llamarle misión de paz a meterte en Iraq o Afganistan tiene tela. No me he enterado de esa noticia de El País ¿han hecho una declaración de laicismo?

Anónimo dijo...

y la Historia siempre se repite...sólo hay cambiar el nombre de los protagonistas, y darnos una vueltecita por el mundo, Georgia por ejemplo...

Algunos comentarios de buena fe sobre tu redacción...cuando comentas que: `La palabra Saco es una adaptación del italiano "sacco" que en italiano es "saqueo".´...a mí me dá la corazonada que en italiano sigue siendo "sacco" y en todo caso en castellano es "saqueo"...,no?

Y digo yo que "la Liga de Coñac" a la que haces referencia, debe ser una panda de alcohólicos geniales, pero que más bien te refieres a la "Liga de Cognac", que es el territorio y no el brandy..

Está claro que el filólogo eres tú, así que igual estoy metiendo la pata, si es así te ruego me corrijas.

Un saludo.

Juan Pablo Arenas dijo...

Raquel, no acabo de entender lo que me dices. Quizá no me expliqué bien en la glosa. La palabra "sacco" es italiano y la historiografía que estudió el hecho prefirió dejar la palabra "saco" con una mínima adaptación ortográfica al español para rememorar el saqueo. A veces se encuentra "El Saqueo de Roma" pero es poco frecuente.

La guerra, por desgracia, es algo consustancial al hombre. En algunos casos es más evitables porque son casos de equilibrios de poder entre EEUU y Rusia como está pasando en Georgia. Y en otros casos yo creo que la violencia es necesaria y útil como pudo haber sido para evitar la matanza de Sbrenica, en la que los cascos azules holandes no quisieron que la aborregada opinión pública occidental los llamase fascistas por disparar contra los sanguinarios serbios.

Anónimo dijo...

Tú te explicas de maravilla, la que no se explicó fui yo.

Me niego a creer que la violencia llegue a ser necesaria,quizá sea una vía rápida pero en todo caso no la más eficaz, ni la más inteligente. Puede que sea una utopía aquello de que siempre hay otra salida, pero prefiero pensar que no todo es cuestión de fuerza.

En cualquier caso, debo reconocer que en más de una ocasión he deseado medir 1,90 y pesar 80 kg,para enfrentarme a algún que otro energúmeno. Me tengo que conformar con tener las piernas largas para salir corriendo...

Juan Pablo Arenas dijo...

Vivimos en una sociedad que vive tranquila y en paz, por eso nos espanta la violencia ajena y nos han comido la cabeza con frases muy hermosas pero vacías que significan poco y sirven para menos. Por ejemplo "todas las opiniones son respetables" ¿ah sí? ¿y si un ingeniero dice que 2+2=5 y se le cae el puente que está haciendo? ¿Hay que respetarlo porque es su opinión? ¿Es faltarle al respeto convencerlo de que 2+2=4? O si yo digo una frase como "hay que matar a todos los negros" ¿Es respetable mi opinión? ¿quién dice la respetabilidad de mi opinión? ¿La Comisión Nacional de las Opiniones Respetables? Yo creo que una opinión sin datos y cifras no sirve de nada y -como decía Raúl del Pozo- todo el mundo tiene una opinión como todo el mundo tiene un culo. Decir que la violencia no sirve de nada o que es el fracaso de otras vías es una hermosa frase que -a mi juicio- significa muy poco. A veces la violencia resuelve cosas. Y a veces no hay otro recurso. Si en Sebrenica, hace 13 años, los 400 cascos azules holandeses hubieran disparado contra los serbios, no habría habido 8.000 muertos. Y en lugar de mensajitos de condolencia, lacitos azules y las fotitos de Javier Solana con gesto serio, tendríamos unos cascos azules muertos, otros serbios muertos y miles de bosnios vivos. Por supuesto que la violencia no ha de ser el primer recurso, pero hay ocasiones en que no queda más remedio. Yo me alegro de que 300 espartanos se dejasen matar en el Paso de las Termópilas y frenasen un mundo como el persa, para que un mundo como el griego saliese adelante. Gracias a esa violencia pudo existir Aristóteles y Aristarco de Samos. Tu no puedes enfrentarte a un serbio, o a un hutu con un machete, o a un talibán con un kalashnikov diciéndole: hermano, dialoguemos, yo te traigo la paz. Suena genial pero no puedes hacerlo. El talibán viene de un mundo que no es el nuestro. De igual modo que tampoco me pongo a dialogar si un cerdo se mete en mi casa para violar a mi madre: primero le pego y luego pregunto. Ahora sabrás por qué me llaman fascista. Pero soy de la opinión de que, aunque suene muy incorrecto, la libertad también se defiende a hostias. Desgraciadamente. Besitossss.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo guerrillero, miles de truculentas batallas respaldan tus convicciones, pero en mi "culo-opinión", para los que no tenemos ni fuerza ni testosterona, la violencia se nos antoja un recurso difícil de aplicar, por lo que tenemos que recurrir a otras armas, llámese diálogo, diplomacia, coacción o coerción, y digo yo ¿esto no podría asimilarse a la microeconomía? esto es, si a mí me funciona en el micromundo de cada día, ¿realmente no sería aplicable a gran escala?.

Mi culo y yo creemos que si esto no funciona es por otra cuestión que es la económica, y es que la guerra es un negocio como otro cualquiera (volvemos a las frases ¨fermosas¨pero que no están tan lejos de la realidad). Entre 2000 y 2004, las 100 principales compañías de venta de armas incrementaron sus ventas nacionales e internacionales de armas convencionales, en casi un 60%!!. El 85 de las 100 primeras empresas de armas del mundo en 2003 tenían su sede en el mundo industrializado...

Ante un kalashnikov obviamente no tengo nada que hacer, se me derrumban todas mis teorías "happy-family" pero ya me cuidaré yo de que la gente de mi alrededor no tenga Kalashnikov, desde luego no se los iba a vender...

Mas datos y cifras de esas que te gustan en http://www.controlarms.org/es/assets/dc261006_armas_fronteras.pdf.

+ besitossss.

Juan Pablo Arenas dijo...

Raquelita de mis carnes: ya me sé el argumento de la inherente maldad de la industria del armamento, cosa de la que disiento. La industria del armamento aparte de bombas atómicas ha producido los GPS, la telefonía móvil, internet, los radares, el puré de patatas en bolsa, y el ordenador con que escribo mis delirios. Es decir: lo que separa el uso del abuso es la persona y no el objeto. Decir que la industria del armamento es culpable de las guerras me parece tan erróneo como decir que los cuchillos son culpables de la violencia doméstica. O que la minifalda es culpable de la violación –como ya señaló hace años un ínclito juez-. Cuando un bastardo quiera matar a su mujer lo hará con un cuchillo, soga, manos, veneno o arrojamiento desde balcón. Con el mismo cuchillo con el que corto un trozo de queso, puedo degollar a mi mujer. Soy yo quien separa el uso del abuso. El objeto inanimado no piensa por sí mismo. Detrás de la acusación a la industria armamentística siempre subyace la idea de que Occidente produce estas armas para que los pobres se maten. Tu afirmación de que el mundo industrializado genera tal cantidad de armas supongo que es una prueba más de la sabida crueldad y maldad de Occidente. Empiezo por considerar confuso el término “industrializado”, pues la mayoría de los Kalashnikov son imitaciones que provienen de Corea del Norte, India y China. ¿Son países industrializados? ¿Si los Kalashnikov los hicieran en Mali, Bolivia o Bangladesh serían menos crueles sus consecuencias? La sombra de la eterna culpa de Occidente es alargada. Yo no creo eso. En el Genocidio de Ruanda hutus y tutsis se mataron a machetazos. Y en la mayoría de las guerras se matan con armamento convencional sin ninguna sofisticación: fusiles y pistolas. Como ocurrió en la Guerra de Bosnia. Los explosivos que los señores de Al Qaeda colocan en el pecho a niñas y mujeres se fabrican en cualquier país y se usan en minas y canteras. He leído la página que me mandas y es increíble el paternalismo colonialista que desprenden frases como "transparencia en el comercio de armas". Es tanto como decir que hay ciertos países idiotas a los que no se debe vender armas. No entiendo cómo se puede afirmar que la culpa es nuestra y que, a la vez, ellos son irresponsables para tener armas. Para mí la diferencia estriba en que nuestra sociedad y nuestros valores son mejores que los suyos y por eso en Occidente tenemos armas y no las usamos contra nosotros mismos. Ya sé que es una afirmación incorrecta y fascista pero es lo que creo.


Besitos Raquelita ¿molesta el diminutivo?

Tobias dijo...

Dios, cómo ha evolucionado esta conversación. Mi mención del País se refería más a los comentarios de los lectores, que son la bomba, mucho más divertidos que las noticias en sí.
Acerca de las armas, no me uno a ningún bando. Está claro que en las situaciones que propones, JP, la violencia es una reacción aceptable contra una agresión violenta sobre tí (tu madre, tu forma de vida). Tener armas muy gordas y con GPS te da el poder de que el otro no quiera agredirte y claro, así es más fácil 'dialogar.' Tampoco creo que sea normal que todo el mundo que quiera pueda acceder a un arma. Gente más o menos civilizada puede saber que es una última opción, como normalmente en Suiza. Pero cuando hay menos nivel, como en USA, ya no es tan lógico que cualquiera pueda tener un arma. Ahí la industria armamentística hace como todas las industrias: vender a saco. Y para eso están las leyes, para tratar de controlar ese interés incondicional un poco. A mi, mi moral de cartón-piedra me haría muy difícil darle un hacha a un pollo cuando se que se está metiendo de tortas con otro. Prefiero que haya un poli muy cachas, le sacuda un porrazo a cada uno y ponga paz.
T

Anónimo dijo...

aggggggghhh!!! no puedo contigo..., me acabo de levantar, son casi las 10.30 de la mañana, mi mundo happy-flowers acaba de derrumbarse entre tus líneas.

Finalmente he claudicado y he comprado un Kalashnikov en el teletienda, que parece no debe ser tan malo, sino hasta útil. Voy a tomar un té mientras pienso como untar la mantequilla con él, y de paso buscaré alguna utilidad extra para las bombas racimo que venían de regalo, igual quedan bien en el frutero. Entre tanto exprimiré un poco mi mente para lograr comprender qué fantástica y positiva utilidad tiene el armamento mundial,que hará mi mañana de sábado mas feliz y radiante y cúan necios son los que lo utilizan para matar, con lo bien que se unta la mantequilla y lo bien que quedan en el frutero.

+ besossss

Juan Pablo Arenas dijo...

Así me gusta Raquel, que te compres un kalashnikov en la tienda de todo a cien, jejejeje. Yo me refería a que la producción de armamentos no hace que la gente se mate, como tampoco las navajas de Albacete influyen en la violencia doméstica. En España hemos tenido un montón de armas desde el final de la guerra civil y no las hemos usado contra nadie. Fueron compradas y jubiladas cuando se hicieron viejitas. De hecho, en nuestra Guerra Civil vino antes el deseo de matarse que el de tener armas. De suministrarlas se encargaron Italia, Alemania y Rusia, porque de las armas que había en España la mitad eran de la guerra del 98 y la otra mitad no funcionaban. Otra cosa es que cada ciudadano tenga una pistola. Ahí sí que se usarían para reventarle los sesos al vecino porque pone la tele demasiado alta. Cuando la violencia legal funciona relativamente bien no creo que haya muchas ganas de comprarse una pistola. Pero, a pesar de todo, es el hombre quien aprieta el gatillo. Es el mismo hombre al que se le presupone una inteligencia exquisita cuando va a votar. Ahora que soy fascista y me insulto yo solo antes de que otros lo hagan, puedo decir que me gustaría tener pasta para contratar a un sicario colombiano que le hiciera una visita al gudari De Juana Chaos. Creo que yo no tendría huevos. Ya sé que soy un fascista pero creo que una sociedad que no sabe o no quiere protegerse contra gente así, es una sociedad débil y acomplejada en la que es más normal que haya gentes que se tomen la justicia por su mano. Yo estoy de acuerdo con la teoría tobiana del guardia cachas que reparte mamporros, pero nuestros guardias tienen prohibido disparar pues va en contra del buen rollito y el bambismo. Y si se les ocurre pegarle un tiro a un albano-kosovar lo suspenden en menos que canta un gallo.

La última apología del buen rollito lo he visto en el telediario de las 3 de Antena 3. Unos agricultores hablaban de que un bicho llamado "escarabajo del olivo" se come las encinas de cuyas bellotas papea el cerdo ibérico. Pero resulta que no pueden fumigar porque el escarabajo de marras está ¡¡¡¡protegido por la Unión Europea!!!! Ya veo a los ecologistas encadenándose a las encinas y llamando asesinos a los apacentadores de cerdos. Y ese comisario de la UE diciendo que no permitirán la beligerancia de los criadores salmantinos de cerdo ibérico contra el pobre escarabajo. Y hasta un representante de los escarabajos con una camiseta reivindicando el hecho diferencial del escarabajo del olivo.

Por cierto, hoy salía de la cárcel el valiente amigo de los gudaris: el señor Arnaldo Otegui. Ha debido ser un lapsus pero se expresaba en la lengua opresora y decía "estoy de puta madre". Se le habrá escapado por el año y medio de cárcel. Y dicen que iba a misa todos los domingos. ¿Por quién rezaría?

JP

Anónimo dijo...

Estimadísimo JP,veo que no me das tregua...me tomo un valium y vuelvo.

Estoy en completo desacuerdo, es más, nunca he estado en mayor desacuerdo con nadie, no se puede estar más en desacuerdo que mi desacuerdo contigo, bueno quizás con mi vecina del primero pero me la cargué con mi inofensivo AK-47, justo después de desayunar.

"(...)la producción de armamentos no hace que la gente se mate(...)", así tal cual, en seeeriio??? Como diría mi peluquero.. I can´t believe it!
(me tomo otro valium y continuo...)

Al menos estarás de acuerdo en que se lo pone más fácil, no?, que digo yo que algo si que infuirá, no?, que algo si que ayuda, no? que es cuestión de lógica,no?, que si se producen conflictos armados es porque hay armas, no? no hacen falta más datos, ni cifras, ni estadísticas, no?, que digo yo que por pura intuición se deduce que algo sí tendrá que ver, no???

que sí, que sí, que también están los machetazos y las piedras y los palos, pero hombre, la capacidad de destrucción no es la misma, digo yo, que un ICBM, no???

(me tomo el tercer valium y continuo...)

Viendo que ya me compré el Kalash, que tú eres imbatible en tus argumentaciones, que a mí me va la marcha pero que no llegamos a ninguna parte con el tema del conflicto armado y que sólo me queda una aspirina en el botiquín, paso al segundo temita...

Y es que...te lo digo bajito...si tú eres fascista yo soy ecologista...

¿Se puede saber qué tienes en contra de la protección del escarabajo del olivo, que es un bicho como otro cualquiera que contribuye divinamante a la biodiversidad y por muy chiquito que sea cumple perfectamente con su deber para con la madre naturaleza?
El "cerambyx cerdo" como se llama el escarabajito en cuestión,(http://www.mma.es/secciones/biodiversidad/especies_amenazadas/invertebrados/artropodos_habitat/pdf/CERAMBYXCERDO.pdf), resulta que es una especie amenazada precisamente por la reducción de bosques de encinas y el uso de pesticidas, y que, mira por donde, figura en los anexos II y IV de la Directiva Habitat, (http://europa.eu/eur-lex/es/consleg/pdf/1992/es_1992L0043_do_001.pdf), qué mala suerte!

Si los queridísmos silvicultores, agricultores y ganaderos que tanto se quejan de este pequeño artrópodo en su momento hubiesen tenido un poquito de cuidado con el entorno, ahorita mismo no estarían lamentándose porque el bicho se come lo poco que le queda para comer. Que fumigen, que fumigen, que el año que viene será otra plaga y el siguiente otra, a ver cuando nos enteramos que esto es un sistema en equilibrio y que si te dedicas a alterarlo luego tienes que asumir las consecuencias, y dale, a seguir fumigando a mansalva.

¿será la misma testosterona por la que a unos les da por cargarse al pueblo vecino a base de ataques aéreos y a otros por fumigar?

Me estoy planteando seriamente crear mi propio blog de réplica y contra-réplica, sólo que se me acaban las vacaciones y no sé si tendré tiempo de marearte.

No, si al final de tanto teclear y tanto valium, te voy cogiendo cariño y en una cosa si estoy de acuerdo, en lo del sicario colombiano, bueno, en eso y en lo de las camisetas reivindicativas del hecho diferencial del escarabajo, que me parecen una idea estupenda.

besosssssss

Juan Pablo Arenas dijo...

Adoro que estén en desacuerdo conmigo. Adoro discutir. Adoro que me insulten. Adoro que me odien, jejejeje.

La razón de causa y efecto entre la producción del armamento no la veo. Es como si me dices que si hubiera menos coches, habría menos atropellos. Supongo que habría algo menos pero no creo que los coches sean la causa de los atropellos, más bien el despiste de quien conduce y de quien cruza. De hecho, a Pierre Curie lo mató un coche de caballos. La gente era atropellada cuando no había coches y lo seguirá siendo por cualquier cacharro móvil. Supongo también que si hay una epidemia de peste el desempleo disminuye. Y si hacemos las casas de un metro de altura ya nadie podría arrojarse desde la azotea, pero no creo que las casas altas sean causa de suicidios. De hecho, yo viví varios años en un piso 13 y nunca me tiré. Y estuve un año y medio yendo a buscar a una novia que estudiaba en Tres Cantos al lado de una zona de maniobras de tanques. Las armas estaban ahí, pero jugaban con ellas y luego las guardaban como niños buenos. Lo que hacía que no salieran a la carretera y se liasen a disparar obuses contra todo el mundo no era el NO tener armas, pues las tenían, sino un ordenamiento jurídico que hace que las sociedades funcionen y que quienes viven dentro de ella acepten ciertas normas. En Irán ahorcan a los homosexuales colgándolos de las grúas. En España pueden casarse y tener hijos. Es una tradición de libertad, democracia y justicia lo que hace que en España vivan bien y en Irán los maten. La culpa no es de las grúas, ya que en España y en Irán tenemos las mismas grúas. Y en zonas como Sierra Leona o Darfur una de las armas preferidas era la violación. Supongo que si todos hubieran sido castrados al nacer no habría habido violaciones, pero no creo que el pene sea la causa de las violaciones.

La causa de guerras y horrores es la naturaleza del hombre que sigue siendo miserable y abyecta. No me gusta la tendencia a culpar a las cosas de las acciones del ser humano. Es como una versión moderna del viejo concepto católico de “aleja de mí esta tentación”. Es decir, como soy tan poca cosa y soy tan débil, no lo pongas a mi alcance porque seré incapaz de resistirme. Siempre preferiré culpar al hombre que es quien aprieta el gatillo, antes que a la bala o al rifle. Esta traslación de culpas me recuerda a la cruzada contra las drogas – y te lo dice el hermano de una yonqui- en que el Papá Estado me dice qué me puedo meter y qué no me puedo meter. El Estado –qué está compuesto de gente más vulgar aún que yo- se cree con derecho a llamarme idiota, para luego llamarme listo cuando me toca votar.

Y ya sé que el poder destructivo no es el mismo de todas las armas, pero fíjate en que en la mayoría de las guerras se usan armas bastante convencionales y nada sofisticadas. Armas que se hallan en cualquier país del mundo.

A mí ese axioma de diversidad es igual a riqueza no lo acabo de compartir del todo. No hay más que ver la riqueza de lenguas que hay en España y el lío que tenemos montado. Y la riqueza de lenguas que hay en Nigeria que hace que gentes del mismo país no se entiendan entre sí y acaben hablando todos en inglés. Si el escarabajo no molesta, dejémosle estar, pero cosa distinta es que te arruine tu negocio. Si una manada de ratas se mete en tu casa y te ataca, ¿tampoco dejas que venga un exterminador porque defiendes la biodiversidad? La biodiversidad –bello palabro- estará bien siempre y cuando no me impida ser lo que quiero ser. De todos modos, ignoro bien el caso del escarabajo y cuánta culpa tienen los salmantinos.

Por cierto, a ver si nos cuentas más cosas de ti, que has llegado por estos predios y no te has presentado debidamente.


Besitosssssss.

Anónimo dijo...

Vale, os cuento algo más de mí, he dejado los valiums y me he pasado al alcohol y al tabaco, todo un logro porque no fumo y apenas bebo, y mientras tecleo saboreo un gin tonic con un toque de limón y sal y aspiro un nobel. Acabo de llegar del cine en una calurosa tarde de domingo en Sevilla, de ver una peli que no os recomiendo en absoluto, Los Girasoles Ciegos. No vayáis a verla, bueno, haced lo que queráis pero llevaros algo que hacer al cine, porque igual os aburrís un poco.

Que digo yo que algún punto de vista en común tendremos que tener tú y yo, puede que sea lejano, pero no imposible. Me encanta tu forma banal de mezclar armas con coches, azoteas, novias en Tres Cantos y penes.Yo tuve un novio guardia civil con su arma y su pene, y nunca me llegó a matar ni me violó, aunque en algún momento creo que le hubiese gustado (ambas cosas), y un compañero de facultad que me tiraba los tejos y que soñaba con azoteas, pero no creo que sea relevante al caso.

Curiosamente, la película de hoy también hablaba de la naturaleza miserable del hombre y sus instintos, y ha sido tanto como decir que el hombre no tiene control sobre ellos y no es más que un pelele a merced de los mismos, mucha carrera espacial, mucho desarrollo tecnológico, pero donde se ponga una tía con un buen contoneo de caderas el intelecto se le baja a la bragueta y adiós muy buenas, volvemos al hombre cavernario.
Algo así debe de pasar con la violencia, pero en este caso la sangre se te sube a la cabeza y los dedos se te van al gatillo, y nuestras ganas de discutir deben ser un esbozo de violencia contenida pero en este caso verbal. Puro instinto animal.

Las ratas pueden ser una plaga, no están en peligro porque comparten su habitat y su forma de vida con el hombre, en cambio el susodicho escarabajo es una especie protegida, y lo es porque el hombre ha degradado su entorno, creo que algo les debemos.

En una de las persianas de mi casa, en el tambor, viven una familia de vencejos, llevo meses queriendo cambiar las ventanas del apartamento, porque entra un ruido ensordecedor desde la calle, le consulté a un compañero biólogo cuándo se irían de allí y me dijo que en agosto estarían fuera. Ha pasado el mes y ni siquiera me atrevo a mover esa persiana porque cada vez que lo intento los oigo revolotear y lamentarse incómodos, no se han ido. No pienso cambiar esa ventana, sigo teniendo ruido pero también sus sonidos, y no quiero perderlos, me gusta escucharlos al amanecer y al atardecer entrando y saliendo, son los mejores vecinos que he tenido y creo que tienen el mismo derecho que yo a tener su nido. No entiendo ni cómo ni porqué la biodiversidad te puede impedir ser lo que quieras ser.

Si a ti te pone que te odien, a mí me gustaron tu voz y tus historias.

besossssss

Anónimo dijo...

JP siento decirte que lo que voy a escribir ahora es completamente irrefutable: Si todo el mundo echara tres polvos al día, te aseguro que no habría guerra.
Así que queridísimos pajilleros, conseguid una buena moza que os tenga satisfechos y dejaros de historias surrealistas de que la violencia, las armas y las guerras sirven para algo.

Anónimo dijo...

Siento decepcionar a los pacifistas y a los que avogan por una sin violencia o contratiempos. Resulta que me he encontrado "por ahí" con un estudio que indica que el neocortex humano, la parte del cerebro que se encarga de controlar el sistema límbico que actúa sobre las respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales, lo que muchos denominan "cerebro de reptil" pues es con el que actuamos cuando estamos ante estados de violencia, ansiedad, peligro... se está reduciendo debido a la falta de estímulos de este tipo por los que pasa una persona "común", es decir, nos estamos volviendo autómatas y encima dentro de nada como un coche esté apunto de atropellarte te quedarás embobado analizando lo que está sucediendo y no saltarás, así que te llevarás a la tumba muchos datos sobre la forma, color y velocidad del coche pero no te servirán de nada.
No estoy a favor de las guerras, en principio, por supuesto, pero no critiquemos o queramos acabar con lo que nos hace humanos, lo bueno y lo malo, pues todo es lo mismo.
PD. Como sabes Juan de Oyarzun acabo de volver de Malta, allí también la líamos los españoles... que cargábamos los cañones con las cabezas de los turcos y se las lanzábamos, anda que no hay que ser bruto...

Tobias dijo...

Anónimo, sería interesante que compartieses tus fuentes, para que los demás también podamos pasarnos 'por ahí.'
T

Juan Pablo Arenas dijo...

Qué bueno Quique. Tienes que contarme esas historias de Malta de cabezas cortadas y lanzadas. Seríamos brutos pero los turcos no iban a la zaga. Me preocupa que nuestro sistema límbico se reduzca, se perderá la esencia humana del instinto. Me gusta ese cerébro de reptil.

Anónimo dijo...

Buenas noches anónimo Quique,
te conozco tan poco como a los demás, pero has dado en el clavo, eso debe ser justamente lo que me pasa a mí.

Después de leer a JP que odia con tanta intensidad, tanto y a tantos me he dado cuenta que, en comparación, yo odio poco, demasiado poco quizá, ni siquiera a mis ex. Debe ser que he evolucionado un montón y mi `cerebro de reptil´ ni siente ni padece.
Así que, como ya empezaba yo a notar un vacío, y como a JP parece que no le importa sino que incluso le gusta, con su permiso, voy a odiarle un poco(de buen rollito claaaaro, todo sea para no perder mi condición humana y para que mi neocortex no siga degenerando).

Perdonadme chicos/as (anónimos, T , Quique y demás) , por alusiones, esto es un mano a mano con el Juampas:

Para empezar te diré que detesto a los infieles como tú por su falta de lealtad , la promiscuidad la entiendo como un entretenimiento al que no le veo objeción, pero lo de la infidelidad es otra cosa. No sois gente de fiar por traidores.

Me gusta Almodovar, no del todo; soy de greenpeace; tengo un perro y dos gatos; no tengo ninguna versión idílica de los bichos y entiendo que me quieran comer, porque no estoy del todo mal.
Tampoco tienes buena intuición porque no tengo ningún sentimiento de culpa occidental, es más, desconocía que ese sentimiento existiera o existiese, hasta que te leí, y sí, añoro mundos salvajes, indómitos y exóticos, aunque injustos, siempre y cuando sean desconocidos, por simple curiosidad.

Admiro tu concisión y tu claridad, sabes lo que odias y lo haces con rotundidad, mi mundo es un poco más difuso, soy voluble, cambio de palabra y de pensamiento “qual piuma al vento” (bueno, pelín exagerada, pero casi), y no me gusta demasiado odiar porque creo que da mal rollo y a mí me gusta dormir bien por las noches.

Esto no tiene nada que ver con tus historias, aunque no esté de acuerdo, ni con tu voz, `mardita´ sea, que me siguen gustando. Es sólo por odiar un poco.

Juan Pablo Arenas dijo...

No sufras que, aunque soy infiel, me han pagado con mi misma moneda varias veces. Así que tengo asumido el dolor que se causa y el que me causaron. La mayoría de la gente que conozco es así, aunque prefieren venderse como seres ideales, puros y no mancillados por el virus de la infidelidad. Hay una tendencia en el hombre - y hombras- a no admitirse y a dar una imagen digna del Mago de Oz,de Dorozi y del Leon Cobarde. Por cierto, qué película más insoportable. Los más infieles que he conocido eran quienes más fruncían el ceño ante los deslices ajenos y quienes más reprobaban al personal por sus fechorías perpetradas. Y no lo digo por ti, pero desconfía de quien se te venda como chico perfecto. Yo he asumido que el hombre es miserable y vil, quizá por eso ya no me decepciono de nadie. Y no soy pesimista: me parece que el hombre ha hecho cosas hermosísimas y ha llevado a cabo una gran labor sojuzgando este planeta.

Yo detesto a Almodóvar y sus historia de travestis que antes fueron notarios y luego fueron monjas violadas en un convento de Tailandia y que luego tienen hijos hermafroditas con la portera de su casa. Mi vida es tan tediosa que no conozco a nadie así. Envidio a los anglosajones que hacen películas de su historia y así han conseguido que muchos niños españoles sepan quién fue Buffalo Bill -un payaso de circo- pero no tengan ni idea de quién fue Hernán Cortés. De todos modos, me parecería genial que hablasen del morito bueno -paisa- de Lavapiés sino fuera un cine subvencionado.

El sentimiento de culpa de Occidente es fructífero y da para explicar todos los males del mundo. Si en el mundo hay hambre y guerras es por culpa de la maldad de Occidente. Te mando un vídeo del finísimo y agudo intelectual Javier Bardem en el que afirma que nuestra riqueza está basada en su explotación.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/forums/newsid_7511000/7511636.stm

En cuanto al interés por mundos exóticos me llama la atención que los ricachones vayamos a los submundos a dejarles nuestra calderilla pero luego volvamos corriendo a nuestra agua caliente, nuestros aires acondicionados y nuestras pantallas planas. La mayoría de los negritos quieren ser como nosotros y tener nuestras mismas cosas, pero nos mola que sean pobres para hacernos una fotito con ellos y luego enseñársela a la familia: "Esto es Kenia". El otro día un mamarracho en la tele deploraba que el Tercer Mundo quisiera globalizarse, con lo bonito que quedan esos indígenas, esos bereberes, esos masai, esos pastores del Tíbet en la foto que colgaremos en el Salón. Ya le conté a Tobías la anécdota de Javier Sardá y su programa Dutifri en el desierto de Marruecos. Salían los bereberes diciendo que ellos querían microondas y lavadoras y cocinas eléctricas, pero el gobierno marroquí no les autorizaba porque no vendrían turistas. El turista occidental quiere al pobre andrajoso lo más primitivo posible con quien hacerse la foto que luego exhibirá con ufanía. Y el gobierno marroquí lo sabe, pero el finísimo intelectual Javier Bardem seguirá diciendo que la culpa de la pobreza de los bereberes es de Occidente y no del gobierno marroquí.

Juan Pablo Arenas dijo...

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/forums/newsid_7511000/7511636.stm

Leñe, el vídeo de Javierito, tan antiyanqui, tan antigringo y luego se muere por recoger el Óscar y ponerse el mejor esmoquin.

Juan Pablo Arenas dijo...

Nada, no me deja. Teclea Javier Bardem y BBC y te saldrá.

Anónimo dijo...

En primer lugar, para Raquel y sobre la fidelidad... (en ningún caso quiero crear mal rollo, al contrario, pero como yo he leído tus comentarios déjame al menos que deje mi opinión). Juan Pablo en otros artículos ha dejado claro su amor por la lengua castellana, pero por desgracia ese amor y conocimiento está cada vez menos extendido. Hay que diferenciar entre FIDELIDAD Y LEALTAD, un hombre, o mujer, puede serle infiel a su pareja pero no por eso deja de serle leal, y al contrario, se puede ser desleal con la pareja y serle fiel. La fidelidad es de cintura para abajo, la lealtad de cintura para arriba, y siempre, siempre se habla de la importancia de la cintura para abajo y nunca he oído críticas hacia de cintura para arriba. En fin, la culpa es de Occidente.

Ahora otra cosa que era por lo que entraba esta tarde. No sé si habéis leído el libro "99 cents", creo que te hablé de él hace años Juan Pablo (aún lo tengo por si interesa aunque a saber dónde). Ahora se ha puesto de moda porque han rodado una película (sigh!) quiero que leáis la dos primeras páginas y a ver qué opináis (ibas a disfrutar como un enano Juan Pablo con este libro):

A todos los que trabajáis y vivís de la publicidad, a todos los que sois consumidores de lo que ésta anuncia, que por favor se os meta en vuestra cabeza que todo es provisional: el amor, el arte, el planeta Tierra, vosotros, yo. La muerte es algo tan ineludible que pilla a todo el mundo por sorpresa. ¿Cómo saber si este día no será el último? Creemos tener tiempo. Y luego, de repente, ya está, nos ahogamos, fin del tiempo reglamentario. La muerte es la única cita que no está anotada en nuestra agenda PDA.

Todo se compra: el amor, el arte, el planeta Tierra, vosotros, yo. Escribí en el año 2000 este libro, "99 Francs" (en España se titula "13,99 Euros") para que me echen del trabajo. (como sucedió al poco tiempo) Si me fuese, me quedaría sin indemnización. Necesito serrar la rama sobre la que se asienta mi comodidad. Mi libertad se llama subsidio de desempleo. Prefiero ser despedido por una empresa que por la vida. PORQUE TENGO MIEDO. A mi alrededor, los colegas caen como moscas: corte de digestión en la piscina, sobredosis de cocaína maquillada de infarto de miocardio, accidente con el jet privado, vueltas de campana con el descapotable. Esta noche, sin embargo, he soñado que me ahogaba. Me he visto a mí mismo hundiéndome, acariciando las rayas, con los pulmones llenos de agua. A lo lejos, en la playa, una hermosa mujer me llamaba. No podía responderle porque tenía la boca llena de agua salada. Me ahogaba pero no pedía auxilio. Y, a mi alrededor, todo el mundo hacía lo mismo. Todos los bañistas se hundían sin pedir auxilio. Creo que ha llegado el momento de dejarlo todo, ya que no sé cómo mantenerme a flote. Todo es provisional y todo se compra. El hombre es un producto como cualquier otro, con fecha de caducidad. Ésta es la razón por la cual he decidido jubilarme a los treinta y tres años. Dicen que es la edad ideal para resucitar.

En mi libro (y ahora película) me llamo Octave (Octavio en español) y llevo ropa de APC. Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis. Cielo eternamente azul, tías que nunca son feas, una felicidad perfecta, retocada con el PhotoShop. Imágenes relamidas, músicas pegadizas. Cuando, a fuerza de ahorrar, logréis comprar el coche de vuestros sueños, el que lancé en mi última campaña, yo ya habré conseguido que esté pasado de moda. Os llevo tres temporadas de ventaja, y siempre me las apaño para que os sintáis frustrados. El Glamour es el país al que nunca se consigue llegar. Os drogo con novedad, y la ventaja de lo nuevo es que nunca lo es durante mucho tiempo. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca. Hacer que se os caiga la baba, ése es mi sacerdocio. En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.
Vuestro sufrimiento estimula el comercio. En nuestra jerga, lo hemos bautizado "la depresión poscompra". Necesitáis urgentemente un producto pero, inmediatamente después de haberlo adquirido, necesitáis otro. El hedonismo no es una forma de humanismo: es un simple flujo de caja. ¿Su lema? "Gasto, luego existo." Para crear necesidades, sin embargo, resulta imprescindible fomentar la envidia, el dolor, la insaciabilidad: éstas son nuestras armas. Y vosotros sois mi blanco.

Me paso la vida contándoos mentiras y me lo pagan con creces. Gano 13.000 euros al mes (sin contar las dietas, el coche de empresa, las stocks-options y el blindaje contractual). El euro ha sido inventado para que los salarios de los ricos parezcan dieciséis veces menos indecentes. ¿Conocéis a mucha gente que, a mi edad, gane 13 kiloeuros? Os manipulo y me regalan el nuevo Mercedes SLK (con su capota automática) o el BMW Z3 o el Porsche Boxter o el Mazda MX5. (Personalmente, siento debilidad por el deportivo BMW Z3, que aúna el esteticismo aerodinámico de la carrocería y la potencia gracias a su motor de 6 cilindros en línea que desarrolla 321 caballos, lo que le permite pasar de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos. Por si esto fuera poco, ese coche parece un supositorio gigante, lo cual resulta la mar de práctico para dar por el culo a la Tierra).

Interrumpo las películas que estáis viendo en televisión para imponeros mis marcas y me pagan unas vacaciones en Saint Barth´ o en Lamu o en Phuket o en Lascabanes (Quercy). Os machaco con mis eslóganes en vuestras revistas favoritas y me ofrecen un caserón en la Provenza o un castillo en el Périgord o una mansión en Córcega o una granja en Ardèche o un palacio marroquí o un catamarán antillano o un yate tropical. Estoy En Todas Partes. No os libraréis de mí. Dondequiera que miréis reina mi publicidad. Os prohíbo que os aburráis. Os impido pensar. El terrorismo de la novedad me sirve para vender vacío. Preguntad a cualquier surfista: para mantenerse en pie resulta indispensable tener un espacio vacío debajo. Hacer surf consiste en deslizarse sobre un enorme agujero (los adictos a Internet lo saben tan bien como los campeones de surf de Lacanau). Yo decreto lo que es Auténtico, lo que es Hermoso, lo que está Bien. Elijo a las modelos que, dentro de seis meses, os la pondrán dura. A fuerza de verlas retratadas, las bautizáis como top-models; mis jovencitas traumatizarán a cualquier mujer que tenga más de catorce años. Idolatráis lo que yo elijo. Este invierno se llevarán los senos más altos que los hombros y el chochito rasurado. Cuanto más juego con vuestro subconsciente, más me obedecéis. Si canto las excelencias de un yogur en las paredes de vuestra ciudad, os garantizo que acabaréis comprándolo. Creéis que gozáis de libre albedrío, pero el día menos pensado reconoceréis mi producto en la sección de un supermercado, y lo compraréis, así, sólo para probarlo, creedme, conozco mi trabajo.

Mmm, penetrar vuestro cerebro resulta de lo más agradable. Me corro en vuestro hemisferio derecho. Vuestro deseo ya no os pertenece: os impongo el mío. Os prohíbo que deseéis al azar. Vuestro deseo es el resultado de una inversión cuyo importe está cifrado en miles de millones de euros. Soy yo quien decide hoy lo que os gustará mañana.

Todo esto provoca que, probablemente, no os resulte demasiado simpático. Por regla general, cuando uno comienza a escribir un libro, debe procurar parecer interesante y todo lo pesca, pero yo no deseo enmascarar la realidad: no soy un narrador amable. En realidad, soy más bien del género cabronazo que pudre todo lo que toca. Lo ideal sería que empezarais odiándome, antes de odiar también la época que me ha creado.

¿No resulta espantoso comprobar hasta qué punto todo el mundo parece considerar normal esta situación? Me dais asco, insignificantes esclavos sometidos a mis más mínimos caprichos. ¿Por qué habéis permitido que me convierta en el Rey del Mundo? Me gustaría resolver este misterio: averiguar de qué modo, en el punto más álgido de una época cínica, la publicidad fue coronada Emperatriz. En dos mil años, nunca un cretino irresponsable como yo había logrado ser tan poderoso. Me gustaría dejarlo todo, largarme de aquí con mis ahorros, llevándome droga y unas putas a una mierda de isla desierta. (Me pasaría el día contemplado a Soraya y a Tamara masturbándose mientras me trabajan el nabo.) Pero no tengo cojones para despedirme. Por eso escribo este libro. Mi despido me permitirá escapar de esta jaula dorada. Soy peligroso, detenedme antes de que sea demasiado tarde, ¡tened piedad! Dadme cien kilos y me abro, lo prometo. ¿Qué le voy a hacer si la humanidad ha decidido reemplazar a Dios por productos de gran consumo?

Sonrío porque podría darse el caso de que tan pronto como apareciera este libro, en lugar de echarme, me aumentaran el sueldo. En el mundo que me dispongo a describiros se digiere la crítica, se fomenta la insolencia, se remunera la delación y se planifica la diatriba. Pronto se concederá el Nobel de la Provocación y yo me convertiré en uno de los más serios aspirantes a ganarlo. La rebelión forma parte del juego. Las dictaduras de antaño temían la libertad de expresión, censuraban las protestas, encarcelaban a los escritores, quemaban los libros controvertidos. Los viejos tiempos de los autos de fe permitían distinguir a los buenos de los malos. A la hora de lavarse las manos, el totalitarismo publicitario resulta mucho más sutil. Este tipo de fascismo aprendió la lección de los errores precedentes (Berlín, 1945, y Berlín, 1989 -por cierto, ¿por qué todas las barbaries acabaron muriendo en la misma ciudad?).

Para someter la humanidad a la esclavitud, la publicidad ha elegido la discreción, la agilidad, la persuasión. Vivimos en el primer sistema de dominio del hombre por el hombre contra el cual incluso la libertad resulta impotente. Al contrario, su mayor logro consiste precisamente en apostar fuerte por la libertad. Cualquier crítica le da protagonismo, cualquier panfleto refuerza la ilusión de su dulzona tolerancia. Pero acaba sometiéndoos de todos modos. Todo está permitido, nadie te echa una bronca si alborotas el gallinero. El sistema ha alcanzado su objetivo: incluso la desobediencia se ha convertido en una forma de obediencia.

Nuestros destinos frustrados son alegremente maquetados. Vosotros mismos, que estáis leyendo este libro, seguro que estáis pensando: "Qué enternecedor resulta este publigilipollas que muerde la mano del que le da de comer, venga, vuelve al rebaño, estás tan atrapado como los demás, pagarás tus impuestos, como todo el mundo." No existe modo alguno de escapar. Todos los cerrojos están echados, entre las más amplias de las sonrisas. Os tienen atrapados con créditos que hay que devolver, plazos mensuales, alquileres que pagar. ¿Sentís un impulso de protesta? Millones de parados esperan para ocupar vuestro lugar. Protestad tanto como queráis, Churchill ya encontró la respuesta: dijo "es el peor sistema con excepción de todos los demás". El que avisa no es traidor. No dijo el mejor sistema; dijo el peor.

Juan Pablo Arenas dijo...

Lúcido y deprimente texto. Pero me quedo con la primera parte: "La fidelidad es de cintura para abajo, la lealtad de cintura para arriba, y siempre, siempre se habla de la importancia de la cintura para abajo y nunca he oído críticas hacia de cintura para arriba. En fin, la culpa es de Occidente"

Anónimo dijo...

Y dale con la infidelidad.., que no, que no cuela. En castellano, según el diccionario de la RAE, la INFIDELIDAD es Falta de fidelidad y la FIDELIDAD es LEALTAD, observancia de la fe que alguien debe a otra persona. Así que eso de diferenciar las dos cosas se lo contáis a otras, pandilla de infieles....no podéis ser a la vez infiel y leal a alguien, ni de cintura para abajo ni de cintura para arriba, no cuela.

He visto el video de Bardem, por cierto el enlace estaba bien, a Bardem lo he visto horroroso de feo, eso lo primero, qué cara de bruto que tiene, pero el video viene que ni pintado para entender el sentimiento de culpa occidental, todo un descubrimiento para mí, gracias jp, sólo que yo sigo pensando que un poquitito (pequeño) de razón sí que tiene, pero no como lo cuenta el feo de Bardem. Necesitaría tres cafés y una noche más larga para contarlo, hoy no tengo lucidez para explicarme, otro día.

Al tercer temita (los 99) casi no llego, anónimo, necesito los tres cafés ahora...y un careo con el autor para entender este texto...,me planteo algunas cuestiones: ¿para irse de putas hace falta escribir un libro...?; ¿es realmente enternecedor este publigilipollas?; ¿todo el libro es así?; ¿has conseguido acabar el libro?; ¿me podrías hacer un resumen?.

besossss somnolientos.

Anónimo dijo...

Buenos días a todos.

En primer lugar, no creo en los sinónimos, fidelidad y lealtad no son lo mismo, casa y hogar tampoco. En esta vida hay un principio de física denominado de mínima energía que es extendible absolutamente a todo, si algo puede hacerse con 1 Kj de energía no se utilizarán 2 Kj, lo mismo pasa con las palabras, para qué tener dos palabras que exactamente signifiquen lo mismo, sería un gasto absurdo de memoria y la vida no funciona así, cada "sinónimo" implica un matiz que lo diferencia de otro, ergo una cosa es fidelidad y otra lealtad y al no ser antónimos se puede ser una cosa u otra o ambas a la vez.

Dicho esto me pongo con lo del libro. Es una historia real, el autor era (y digo era porque ahora se dedica sólo a escribir) un reputado publicista francés llamado Frédéric Beigbeder que se hartó de todo y se puso a contar verdades sobre su trabajo y sobre nuestra sociedad y no, no hace falta escribir un libro para irse de putas, de hecho, él ya se iba de putas mucho antes de escribirlo según sus propias palabras, eso sí, putas vestidas de modelos. El resumen del libro es fácil. Todo es una mierda, un gran engaño, consiguen que pensemos como ellos (nosotros, no me olvido que yo también trabajo en publicidad) quieren, cómo caémos y estructuramos nuestra vida en función de los parámetros que nos dan no los que nos creamos y sobre todo, va de intentar en esta vida dejar de ser una "puta". Todos somos "putas" y él estaba harto de serlo y lo ha conseguido (todos mis respetos para él, cómo le envidio).

Juan Pablo Arenas dijo...

Como me gusta esto. Con lo aburrida que ha llegado a ser mi bitácora, que si no fuera por Tobía me moría de soledad. Raquel: los pobres son pobres porque quieren, ya sé que es duro decirlo. Y los ricos son quienes más se preocupan por el bienestar de los pobres aunque no lo parezca. Se preocupa más por Sierra Leona, Estados Unidos que Bolivia. España manda millones de euros a Guinea Ecuatorial pero la familia de Obiang Nguema se lo queda y lo reparte entre ellos. En Costa Rica decidieron acabar con los ejércitos y viven bien. Unos kilometros al sur, Nicaragua es uno de los países más pobres del mundo. Las sociedades y los pueblos escogen suicidarse. Y de eso no tiene la culpa Occidente

Anónimo dijo...

Como para aburrirse, y es que das mucho juego, JP, porque, sin ánimo de ofender, mira que eres `bestia´ diciendo las cosas….

“los pobres son pobres porque quieren”, y “los ricos son quienes más se preocupan por el bienestar de los pobres aunque no lo parezca”, son dos perlas. Eres tan rotundo que no cabe ni un matiz.

Supongo que te refieres a lo que comentábamos antes sobre que cada sociedad y pueblo tiene al gobernante que se merece, y los ricos si se ocupan será por su propio interés…, yo iba un poco más en el sentido no tanto de CULPA de Occidente, que creo que es un término incorrecto, sino en el de la INFLUENCIA de los países ricos o de economías estables sobre de países en vías de desarrollo... pero mejor lo dejo ya…

Besín.

Juan Pablo Arenas dijo...

Es rotundo pero es cierto. ¿Tu crees que en Níger les importa algo la pobreza de Bangladesh? Me reafirmo en lo que dije: los pobres son pobres porque quieren; porque prefieren elegir a mesías mágicos tipo Hugo Chávez que currar y arrimar el hombro con recetas a largo plazo que necesitarán esfuerzo y sacrificio. Los países ricos son quienes más se preocupan de la pobreza, aunque solo sea por el egoismo de venderles sus productos.

Anónimo dijo...

Bueno, pues entonces no lo dejo.. y mira que me mata escribir a estas horitas....
En mi humilde opinión cuando un pueblo es analfabeto,está hambriento, o es masacrado en una guerra, es más fácil de manejar a tu antojo. Quién sea el que le interese no lo tengo claro, seguramente los propios gobernantes, en definitiva, los que puedan enriquecerse a su costa, llámese Occidente,Oriente, o empresas extranjeras que se instalan en busca de mano de obra barata o de un lugar donde contaminar sin sanciones y a salvo de la normativa occidental, o paises vecinos rivales o gobernantes sin escrúpulos.

Como decías respecto a los bereberes, ellos preferirán tener lavadoras y teles de plasma a ser pobres pero, desgraciadamente, un pueblo ignorante puede ser equiparado a una manada de borregos a la que manipular en un sentido a otro, y si no que se lo digan al gilipublicista, que bien podría llamarse Hugo Chávez.

Está claro que a los de Níger les tiene que importar un comino lo que ocurra en Bangladesh, faltaría más, es como si yo, que siempre tengo mi nevera vacía, me tuviera que ocupar en llenar la del vecino del 5º.

Juan Pablo Arenas dijo...

Es como cuando Vargas Llosa perdió las elecciones en Perú frente a Fujimori. Vargas Llosa pedía sacrificios, y que todo llevaría su tiempo, y que costaría un gran esfuerzo. Luego llegó Fujimori con sus recetas mágicas y su mesianismo y ganó y luego dio un golpe de estado. Los pueblos tienen los gobernantes que se merecen y la televisión que se merecen y la sociedad que se merecen. Dicen las encuestas que Zapatero salió elegido por los 400 euros y mira tu califa Manuel Chaves y sus subvenciones. Cada uno tiene lo que se merece.

Anónimo dijo...

Con su permiso, señor Oyarzun:

¡A qué cosas puede llevar un artículo sobre el Saco de Roma! El caso es que yo he llegado aquí buscando información sobre los Cuernos de Hattin… y me encuentro inmerso en una discusión sobre la inmigración en España. Vale, pues como me cae simpática su página, tengo tiempo libre esta tarde de domingo y además se me ocurre algo que añadir a todo lo dicho, pues ahí va eso:

Tengo amigos peruanos, bolivianos y ecuatorianos. Por lo tanto no se me puede acusar de racista (también los tengo de África Central, de Irán y de Europa Oriental, pero esto no hace al caso). Ahora bien, son gente que, aunque “sudaca” (uso el término por aceptado, sin ninguna intención peyorativa), no ejerce como tal.

Me explico. Yo soy español y cuando salgo al extranjero, no voy con una montera en la cabeza y zapateando por las avenidas. Habrá quien lo haga, pero será un perfecto mamarracho. Este no es mi caso ni el de la mayoría de mis compatriotas. De la misma manera, cuando encontramos por la Gran Vía de Madrid o por las Ramblas de Barcelona, a un individuo, que con una gorra “yankee” en la cabeza, un pantalón corto por debajo de la rodilla y una camiseta de béisbol (o baseball, si gusta más) va mirando con desprecio a los transeúntes, podemos estar seguros de que se trata de un “sudaca” y aquí sí se puede leer “sudaca” con acento despectivo).

Quiero decir que un hombre (o mujer) puede haber nacido en cualquier parte, y nadie tiene derecho a prejuzgarle por ello. Pero no puede ir haciendo “patria”. Y menos de tan estrafalaria manera. Los “sudacas” con los que yo me llevo bien, como decía al principio, “no ejercen de tales”.

Y esa es otra, que siendo (ese tipo de “sudacas”, los que ejercen) generalmente anti-estadounidenses, eligen como señas de identidad precisamente elementos de la cultura que detestan. Luego les ponen a sus hijos nombres como “Wilson”, “James” o “Nancy”. Congruentes que son.

Esto es similar a lo que ocurre con los anti-estadounidenses españoles, que usan “jeans”, beben “Jack Daniels”, fuman “Winston” y les encanta el “jazz”. Ole los cojones.

“¿Qué han hecho los romanos por nosotros?” ¿Le suena?

Mis amigos “sudacas” (volvemos al “gentilicio” no despectivo), no organizan fiestas en la acera pública poniendo un tocadiscos portátil a todo trapo castigando con el infame “reggaeton” los tímpanos de quien pasa a diez metros, mientras obstruyen además el tráfico de personas.

Mis amigos “sudacas” tienen el buen gusto de no atacar todo lo español (al menos en mi presencia), porque yo tampoco ataco (en la suya) a Simón Bolívar ni al “Grito de Dolores” (por cierto, grito dado en México en 1810, mientras España estaba ocupada por una potencia extranjera, ¡qué valentía, por Dios!). Ops, se me ha escapado.

Mis amigos “sudacas” agradecen a España haberles acogido y dado trabajo. Y España les agradece su colaboración, yo también, claro.

Por cierto, España lleva muchos, pero muchos años, siendo una potencia industrial de primer orden. Al indocumentado mental que comentaba otra cosa por ahí arriba, no cabe más que decirle que olvide por un momento su envidia insana y se informe. ¿Sabrá lo que es el BOE?

Volviendo al asunto y resumiendo: yo no digo que no estén Vds. orgullosos de ser de donde son, lo que digo es que procuren que ese “orgullo” no sea insultante para los españoles que les rodean, de la misma manera que los españoles (la mayoría, creo) no les hace a Vds. sentirse inferiores por no ser españoles.

En fin, me estoy extendiendo demasiado así que lo dejo aquí. Sólo decirle que efectivamente, como alguien ha dicho anteriormente, la solución es la integración. Y eso excluye la gorra “yankee”, que quiere que le diga.

Siga siendo como es.

Juan Pablo Arenas dijo...

Estimado caballero Prometeus:

No puedo más que estar en completo acuerdo con lo que dice.

Es hilarante que odien a Estados Unidos y luego nombren a sus hijos con los apelativos anglosajones, por no hablar de los antiyanquis de aquí.

Y está claro que el "sudaca" que llega aquí despreciando la tierra que le ofrece una oportunidad no se merece estar en España.

¿Pero sabe usted dónde veo parte de la culpa de todo eso? En que aquí en España ya hay mil reinos distintos, cada uno con una política distinta y con símbolos distintos. ¿Cómo vamos a integrar a nadie si ni nosotros mismos nos ponemos de acuerdo en lo que somos?
Es bastante normal que quienes llegan quieran hacer su propio país. Total: ya un país o una nación más ¿qué más da?

Un saludo y gracias por comentar.