31 de enero de 2008

Rollos y picotas


Este es el rollo o picota de Ocaña. Se llamaba rollos a las columnas que se usaban para señalar que ese lugar estaba sometido a la autoridad del Rey. Solía haber una en cada pueblo o comarca de España. Era un modo de recordar a los que pensaban infringir la ley lo que podía ocurrirles si se pasaban un pelo. Lo primero que se hizo en América fue erigirlos en las primeras ciudades que se fundaron. Las picotas eran similares, cambiaban algo en su forma. De ahí viene la frase "poner a alguien en la picota".


De los rollos o picotas se ahorcaba a los reos de justicia aunque, en ocasiones, solo se colgaban sus cabezas: a la entrada del pueblo, para que se viesen bien y fueran escarmiento de granujas. Se dejaban balanceándose hasta que los buitres y cuervos les habían comido todas las partes blandas. En tiempos de Felipe II se mandaban documentos a las zonas rurales exigiendo que en todos los pueblos hubiese horcas, cuchillo, cárcel y picotas. Su uso se abolió en 1813 tras las Cortes de Cádiz, derribándose la mayoría. Mal hecho. Les entró la fiebre de la corrección política de la época y esa herencia de la Revolución Francesa de que no había que infligir puniciones desmedidas. Menos mal que hubo quienes se saltaron la orden y todavía podemos verlas en bastantes lugares de España. Esta es la de Ocaña, provincia de Toledo. Estas picotas forman parte de nuestra historia. A mí me entran escalofríos de imaginarme los cuerpos o cráneos pudriéndose y las aves carroñeras revoloteando.

3 comentarios:

Tobias dijo...

JP, coincido contigo con que está bien que queden algunas picotas para recordar lo que fueron, esa de la foto es bonita y todo. También entiendo que quitasen la mayoría, simplemente dejaron de ser útiles y daban mal rollo a la peña en general. No siempre es bueno recordarlo todo.
Abrazo!
T

Juan Pablo Arenas dijo...

Yo no creo que dieran mal rollo. Pasados unos años nadie se acordaría de para qué se usaban. Igual que tampoco vas ahora por la Plaza Mayor de Madrid y piensas en cuando se hacían Autos de Fe y quemaban a la gente con leña verde a fin de que ardiesen más despacito. Simplemente piensas en Navidad y belenes y villancicos y cosas así. Yo sí que creo en recordarlo todo. Sobre todo, para no repetirlo.

Tobias dijo...

Hombre, la Plaza Mayor no creo que fuese construida con el fin de acoger estos fuegos poco artificiales de época. Yo pienso en bocatas de calamares en la plaza mayor.
Prefiero no olvidar nada, pasivamente, a recordarlo todo, activamente. Quizás haya momentos en los que se pueda recordar con algún motivo especial. No me gustaría que en Alemania, por ejemplo, hubiesen mantenido los guetos, aunque sólo fuese para espanto público.
Feliz fin de semana!
T