15 de julio de 2008

Bambi



“Yo solo quiero que se haga justicia” Es una frase manida y que rezuma impotencia por todos lados. No entiendo por qué la gente a quien un bastardo le ha matado a su hijita de 6 años tiene que comedirse, morderse las uñas y no blasfemar. ¿Por qué se ha de renegar de la venganza como si no fuera un sentimiento tan humano como el amor, la pasión, la envidia, y el dolor? Supongo que lo próximo será que no me dejen llorar cuando vea a mi madre fría y muerta. Debe ser por ese proceso estúpido que ahora los muertos salen de las habitaciones de los hospitales tapados y envueltos en cajas inodoras y amorfas. Al final uno tiene que pedir perdón por morirse y por amargarle la paella al colega de la habitación de al lado. Cuando fui celador de un hospital durante un verano, me tocaba llevar muertos por los pasillos y la gente le tapaba los ojos a sus hijos y se apartaban de mi camino igual que de los leprosos en Ben-Hur. Hemos llegado a tal grado de idiotez que vemos la muerte y el dolor como un proceso anormal y arrinconamos el colesterol en una agotadora carrera de ser los más sanos, los más insípidos y los más descafeinados. Parece que si nos metemos un chute de soja cada mañana, ya no nos moriremos y seremos felices a tutiplén. Debe ser por ese afán de querer ser unos híbridos de Bambi y Heidi, que me llaman fascista porque hablo de historia militar. Yo les llamo ignorantes porque el mundo es como es debido a las batallas, a la muerte y a la destrucción. Y porque en las guerras sale lo mejor y lo peor del ser humano: desde lo más valiente y noble a lo más rastrero y cobarde. Si 300 espartanos no se hubiesen dejado matar en el Paso de las Termópilas, no habría existido ni Aristóteles ni Sócrates. Por eso hay una conexión entre el Paso de las Termópilas y que yo esté aquí escribiendo estas idioteces y que, como mucho, me insulten y me llamen fascista. Esta conexión era obvia hace años, pero ahora hay que estar recordándola, porque ya nadie sabría lo que ocurrió en el Paso de las Termópilas si no hubiera sido por la película “300”. Los espartanos ayudaron a que yo esté aquí escribiendo idioteces y demostraron que la libertad también se defiende a hostias. Cosa que es fascista y reaccionaria. Pero bueno: me he vuelto un carca y una antigualla.

Ahora todo el mundo de esa cosa llamada Occidente se empeña en ser como Bambi, Heidi y Marco de los Apeninos a los Andes. Supongo que os acordaréis de esa señora italiana llamada Pippa Vacca que iba vestida de novia predicando el buen rollito y el amor universal y que fue violada y estrangulada por un turco. Según dijo su hermana, Pippa iba vestida de novia porque “El traje era una metáfora del encuentro con el otro, la unión y la búsqueda de la parte femenina positiva, de la mujer como fuente de vida, estabilidad y sensatez". Y la gente seguía sin entender cómo la podían haber violado con la de paz universal que traía. Pero eso le ocurre por ser tan idiota de creer que esas chorradas que decía en su salón al volver de colaborar en la ONG de su barrio eran aplicables a todo el mundo. Se les olvida que el resto del planeta es un sitio hostil, duro y feroz y que todavía, aunque les parezca increíble, no se han dejado arrullar por los cantos de sirena de Bambi, Pedro y Niebla. Pero, como la nueva religión de Occidente es el buenismo –gran palabra de nuevo cuño- , aquí todos se disputan el honor de decir la imbecilidad más grande y parecer los más acérrimos seguidores de Bambi y expandir el buen rollito por todo el planeta. E insisten en creer que nuestros valores los comparte todos los habitantes de la Tierra. Como si a un talibán cabreado con un kalashnikov en la mano le importase mucho la Alianza de Civilizaciones.

Debido a ese buenismo ahora le pedimos perdón a un desgraciado por meterlo en la cárcel. ““Usted perdone, es que ha matado a 25 personas y tengo que encarcelarlo. Ya sé que soy un fascista y un represor, pero, no se preocupe que con buena conducta y unos apañitos… Hala, no me guarde rencor. ¿Pelillos a la mar?”” Los poderosos y progresistas juristas insisten en que el pobre de Juana Chaos mató a esos 25 infelices por nuestra culpa. Porque lo oprimimos desde que nació. Aquí todas las culpas siempre son colectivas. La responsabilidad individual no existe. Es como la extensión del bíblico pecado original. Si Adán peca, todos somos pecadores. Si los camioneros las pasan perras, nosotros también. Si De Juana Chaos mata, es nuestra culpa. El anormal de Rousseau se debió quedar a gusto con su deseo de culpar a la sociedad de todo lo que hace el individuo. Además de rameras, ponemos la cama.

A causa de nuestro buenismo la venganza se ve como algo terrible y no como algo higiénico que alivia el dolor y que repara, al menos en parte, los daños causados por el crimen. Supongo que es casual que nos guste que el malo muera en las películas. Supongo que es casual que nos alegremos cuando a un canalla le dan su merecido. Pero también hay quien ve a esos malnacidos como víctimas y como pobres enfermos a quien hay que compadecer. Y se les llena la boca de bambismo, de heidismo, de buenismo necio en cuanto tienen oportunidad de dárselas de modernísimos. Porque lo moderno es compadecer al bastardo que ha matado a 25 personas y encima se cachondea y llama fascista y represor al juez. Vaya. Cuando él disparaba no era represor. Era un valiente gudari ejerciendo su libre derecho a apretar el gatillo en la nuca. Podían aprender de los niños palestinos que apedrean por delante y enseñando la jeta los tanques israelíes. Son más valientes esos niños que los oprimidos gudaris.

O podríamos tomar nota de los odiados Estados Unidos que protegen su sociedad sin complejos. El asesino de Bobby Kennedy, Sirhan Bishara Sirvan, sigue en la cárcel 40 años después. Y mató a un solo hombre. De igual modo que el asesino de Lennon o el colgado de Charles Manson siguen pagando sus canalladas. Aquí en España ya estarían en La Noria vendiendo sus años de cárcel y en Corazón Podrido hablando de cuán crueles fueron los carceleros. Y habría que ver a Patricia, a Ana Rosa, con gesto conturbado diciendo que, hay que ver, qué poco buen rollito que tenemos que metemos en la cárcel a la gente que mata. Pero claro: son Estados Unidos; la patria del fascismo represor, por lo tanto, sus ejemplos no cuentan. Aunque en Estados Unidos viven y escriben gente como James Petras y Noam Chomsky. Chomsky suele decir lindezas como que Estados Unidos es el mayor estado terrorista del mundo. A pesar de esto, tiene su despachito en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y puede ir andando por la calle sin temor a que nadie le corte el cuello.

Si aquellos en quienes delegamos la aplicación de la justicia nos fallan, nos sentimos ninguneados, estafados y frustrados. Eso supone que terminamos por no fiarnos del Estado. Luego les extraña que no votemos –yo al menos- y que no nos impliquemos ni participemos. Cualquier paisano se da cuenta de que nuestro estúpido y eterno miedo a no parecer fascistas nos acaba haciendo parecer gilipollas. Somos un país tonto y lleno de complejos, donde un montón de idiotas se siente muy satisfecho porque el ilustre y pacífico ciudadano don José Ignacio de Juana Chaos ya ha salido de su injusto cautiverio y vivirá en una cómoda casa junto a sus víctimas. Dicen los ilustres comentaristas como Ignacio Escolar que justicia no es venganza. ¿Y por qué no? Qué tipo de sociedad tenemos que no puede defenderse de esta gentuza. Qué sociedad tenemos que al final quien nos tiene que dar pena no es el que recibió el tiro en la nuca sino el pobre oprimido que apretó el gatillo.

Ulises al volver de Troya mató a los que se querían tirar a su mujer y se habían estado comiendo su comida y bebido su vino. Luego ahorcó a sus sirvientas que habían retozado con los pretendientes. Siempre podré leer la Odisea y gozar con ese humano y delicioso sentimiento de hacer lo que te han hecho. Ojo por ojo, diente por diente. Lo extraño es que no hayan prohibido La Odisea como libro fascista. Aunque todo se andará. El rey Juan Carlos inauguró el 7 de julio la Casa Árabe en Madrid, la cual es una institución imprescindible teniendo en cuenta lo similar que es la vida en España y un país musulmán y teniendo en cuenta que tenemos los mismos valores. No hay más que ver lo bien vista que estaría cualquier niña de las que enseñan el tanga en cualquier ciudad árabe. O lo bien que quedan los homosexuales ahorcados en las grúas de Irán. Ya que hay tanta prisa por inaugurar Casas Árabes no estaría mal que se inaugurasen Casas de Grecia y Roma, para que todos los chavales supiesen quiénes fueron Eneas, Patroclo, Aristófanes, Leónidas, Pausanias, Pompeyo o Cicerón. Ya que la Casa Árabe quiere ser un mayor acercamiento entre España y el mundo árabe y se quiere que refuerce las relaciones y cree puentes entre España y el mundo árabe y musulmán, alguien podría preocuparse de crear puentes con el mundo grecolatino.

Pero no pasa nada. Somos chicos buenos y perdonamos a todos y nos enfadamos mucho cuando una madre, a cuyo hijo el señor De Juana Chaos le pegó un tiro, protesta por tener al señor De Juana Chaos viviendo en su barrio. Ahora el señor De Juana Chaos vivirá como un ciudadano más e irá a hacer la compra y pedirá la vez en la frutería. O quizá se cuele y nadie se atreva a decirle nada. O quizá le veamos tirar un folleto de publicidad en el portal y, si le llamamos la atención, nos apuntará con el dedo y se reirá. Me preguntó qué sentiría si el señor De Juana Chaos viviera en mi portal y tuviera que cruzármelo y darle los buenos días. No nos enfademos: seamos heidianos, bambistas y buenistas. Apenas mató a 25 personas y ha estado 21 años en la cárcel. A menos de un año por muerto. Pobre Ulises: cuán fascista era. Pobre Homero.

Leed el profundo artículo del buenista Ignacio Escolar sobre que la justicia no es venganza:
http://www.escolar.net/MT/archives/2007/01/de_juana_chaos_1.html

Y ved el tráiler de un documental llamado El Infierno Vasco que no ha encontrado distribuidores.
http://www.youtube.com/watch?v=a9cgL9lP4fQ&eurl=http://elinfiernovasco.com/Trailer/Trailer.html

Y leed un artículo bambista acerca de lo incomprendida que era la señora Pippa Bacca y cuánta razón tenía.
http://homines.com/noticias/20080616.htm

5 comentarios:

Tobias dijo...

Querido JP,
como normalmente coincido con tus textos, hoy me voy a centrar en la parte de la que no tenemos la misma opinión. Creo que la venganza institucionalizada es la mejor solución para nuestra sociedad tan interactiva de hoy en día. El buenismo dirá que es alguna manera de intentar recuperar al individuo, bueno por que sí. La verdad es que además de cumplir las penas que dicte la ley en cada momento, los malos deberían pasar un test de reinserción, aunque fuese un simple decir: 'Me arrepiento de lo que he hecho' en público y de manera creíble. El problema se da cuando la ley se separa del concepto reinante de 'justicia' (mirar España). Entonces surgen los deseos de tomársela por su propia mano. Pero es que si la cosa fuese menos regulada, igual nos lapidábamos los unos a los otros o nos vendrían a sodomizar los hermanos mayores de la vecinita por haberle dado unos momentillos de placer.
La solución? Chunga, disponer de un sistema judicial dinámico y actualizado. La realidad? Imposible. Yo opino que deberían legislar para que bancos sacaperras como el Santander no me pudieran exprimir de manera tan descarada e impune. Albergo alguna esperanza? Quién escribe las leyes? Quién les da de comer? Esperanzas = 0...
Necesitamos una solución mejor. Guíanos, oh gran JP...
T

Juan Pablo Arenas dijo...

Amigo Tobías. No me habré expresado bien. Estamos de acuerdo en que hace siglos decidimos otorgarle al Estado el monopolio de la violencia y decidimos que quien se encargaría de aplicar la pena serían ellos y no nosotros. Prefiero esa fórmula a que vayamos todos por la calle con una pistola. Pero el problema surge cuando esa justicia estatal más que responder a los intereses de la gente normal se desvía y comienza a responder a intereses de ciertas corrientes ideológicas muy discutibles que de repente se ponen de moda. Es en ese momento cuando se produce una separación entre el Estado y el individuo porque vemos que no parecen protegernos sino que parecen más preocupados de contentar a tertualianos e ideólogos. Y no estoy seguro de que una prueba de reinserción funcionase porque podría falsearse igual que un detector de mentiras. Creo que determinados delitos deberian tener una condena de por vida y sin posibilidad de reintegración. Los etarras que mataron a 2 guardias civiles en diciembre pasado podrían sufrir cadena perpetua con las leyes galas. Ellos, que no sufren terrorismo, tienen leyes más duras que las nuestras. Yo creo que el error parte de que el delincuente es un hombre equivocado al que se tiene el deber de reinsertar. Pues no: yo creo que la justicia debería empezar por dar sensación de protección y cobijo al ciudadano honrado que es el que paga impuestos y el que arriesga su capital para crear riqueza. Por supuesto que creo que no es lo mismo un señor que mata a su mujer por un arrebato a un malnacido que planifica cuidadosamente 25 asesinatos. El señor puede reinsertarse; la bestia execrable de los 25 asesinatos: no. En cuanto a los bancos tienen difícil solución porque cuando el Estado se mete a abaratar suele causar lo contrario. Como cuando se obligó a las operadoras telefónicas a dejar de cobrar ciertos conceptos, a los que las operadoras respondieron subiendo los precios a la vez. Creo que suele ser más eficiente darse de baja e irte al banco que te dé mejores condiciones. Pero nuestra eterna dejadez hispana nos vuelva vagos con frases como: "Bah, si son todos iguales". Creo que la competencia, en general, es más efectiva para regular los precios que la intervención estatal. Mira los ordenadores: nunca han sido más baratos y más rápidos. La competencia ha sido feroz entre Intel y AMD. Y todos hemos salido ganando.

Anónimo dijo...

Lo políticamente correcto... trabajo en publicidad, bien lo sabes. Quien tiene algo que perder nunca puede decir la verdad, ese es el principio básico de la publicidad, por eso se inventan slogans, por eso se oculta información y se camufla con cuerpos bonitos o imágenes espectaculares, y hemos sido los publicistas quienes inventamos "lo políticamente correcto" sin recordar que como en todo, los mejores publicistas son los políticos (nos dan mil vueltas en saber cómo usar la redes sociales, los medios off y on para lanzar sus mensajes, y si encima son políticos americanos ni te cuento)y por tanto empezaron haciéndose eco de la corrección política y al final se han convertido en maestros/as. Tras esto el siguiente paso, el salto a la sociedad, tan fácil, tan sencillo... con el nivel cultural de la masa, con su falta de capacidad de análisis fomentada por la política en eduación de los estados.
Hace unos años, escuchando la radio, no recuerdo la emisora, pero si al locutor, Luis del Olmo, un contertulio afín al PP (aunque eso ahora da igual)haciéndose eco a las críticas por parte de los partidarios del PSOE sobre la "caña" que los medios afines estaban dando a Felipe González (era la época de las elecciones ganadas por Aznar) comentó que no creía que los medios de comunicación pudiesen influir en la toma de decisiones de las personas... tardé un segundo en reaccionar y darme cuenta de que me estaban pagando en mi trabajo por nada... si le escuchan mis clientes me quedo sin ninguno... para que se gastarán las marcas miles de millones en publicidad si los medios de comunicación no pueden influir en la toma de decisiones de la gente!!... políticos, medios de comunicación y publicidad... nos están/estamos "agilipollando" todos.

Juan Pablo Arenas dijo...

Profundamente sabias las palabras de Quique, hombre lúcido y agudo. La corrección política nos ha llevado a unos niveles de estulticia y necedad jamás antes imaginados. Ya no se actúa por principios sino por la frase que saldrá aislada en los cinco minutos de conexión de un telediario o por la simplista y corrosiva influencia de un titular. Los medios influyen y crean opinión y ves a gente que repite lo que le ha oído horas antes a su tertualiano preferido. Lo que causa pavor es ver la honda ignorancia que tienen sobre asuntos de los que yo sé. Miedo me da pensar qué dirán sobre lo que no sé. Y encima todo salpicado de profundos retortijones y volteretas en su pensamiento, porque la razón y el juicio crítico han desaparecido para dar lugar a la ideología.

Anónimo dijo...

En mi opinion, el buenismo que nos inunda no es sino el agilipollamiento y complacencia de una sociedad que lleva demasiado tiempo disfrutando de dias de vino y rosas. Si es cierto eso de que la historia se repite, no tardara en llegar el dia en que algun barbaro incivilizado nos despierte a base de hostias.

En el tema de la venganza, yo creo que JP dice verdades como puños pero creo que se equivoca al dar a entender (o eso entendí yo) que la venganza es un instinto natural que nos empeñamos en negar en nuestras sociedades buenistas. Yo creo todo lo contrario. En mi opinión, el buenismo es la tendencia natural de ovejas, hombres y animales similares. Tras un esporádico odio inicial la mayoria de las victimas prefiere olvidar o, incluso, perdonar la afrenta antes que vengarla. Es mucho mas fácil vivir en el olvido o la humillación que en el odio. Como buen héroe, Ulises tenía un buen par de huevos y por eso tomó el camino dificil.

En cuanto a lo del caso de Juana y la laxitud de nuestras leyes con los canallas yo creo que es se debe más a la ineptitud de nuestros legisladores que al buenismo galopante. La verdad es que el código penal actual es mucho más duro que el código que se le aplicó a De Juana. También es verdad que, salvo los pro-etarras, muy poca gente justifica ni simpatiza con ETA. Esto no era cierto hace no tanto tiempo cuando los cuerpos de Guardias Civiles y Policias nacionales asesinados en el Pais Vasco eran enviados a escondidas a sus lugares de origen y las viudas eran dejadas en la más absoluta indigencia.